El otro día estaba jugando e inventé esta marca, para un vino distinto, con un toque fantasmagórico.
La idea sería un murciélago que a la vez tiene la silueta de los andes en la parte de abajo.
Pensé que debe ser cosechado una noche de luna llena. Le mandé un mail a mi amigo Mauro y me dijo que le gustaba mucho. Y que le agregue calaveritas. Continuará.