En el marco de la Experiencia Endeavor Mendoza 2015 di esta charla:
Podría contarles mi historia pero por suerte existe Google.
Además, creo que relatar una serie de hechos, de casualidades que me llevaron a estar donde estoy hoy no sirve mucho más que para dibujar otra caricatura más del emprendedor exitoso.
Estamos acostumbrados a venerar el éxito pero pocas veces nos ponemos a pensar sobre el éxito.
Que es ser exitoso?
Ser exitoso es ser millonario?
Ser exitoso es ser famoso?
Es posible repetir el camino que han recorrido otros y suponer que va a funcionar para nosotros?
Quiero ver si hoy juntos podemos tratar salir de esa caja.
#ElExitoEsParaLosDeAfuera
No me siento cómodo con el éxito como norte. Entonces me puse a buscar la definición de la palabra y cuando la leí entendí por que me pasaba esto. Encontré varias, pero se pueden agrupar en dos:
“Buen resultado de un negocio, actuación, etc.”
“Fin o terminación de un negocio o asunto.”
Y, de hecho la palabra viene del latín exitus que significa salida. EXIT. Y ahí creo que viene la primera cosa que me hace ruido: Por que veneramos el resultado, la salida, la terminación de algo, si vivimos desarrollando y haciendo casi todo el tiempo. Si los fines, las terminaciones, los resultados, son solo instantes. Si es que llegan.
A mi me gusta mucho más pensar en el recorrido de las cosas que en el resultado.
Me interesa más el camino que el punto de llegada.
La otra definicion que encontré es: “Buena aceptación que tiene alguien o algo.”
Esta es la otra cosa que me incomoda porque habla de la mirada de los de afuera. Y para mi es más importante lo de adentro. Lo que le pasa a uno con lo que uno hace.
La mirada de los demás no puede ser tu guía.
Porque no hay que confundir: nosotros trabajamos en productos o servicios que son para los demás y queremos que tengan aceptación pero no podemos transformarnos a nosotros mismos en un producto que busca la aceptación de los demás.
Entonces, esta definición de éxito termina de confirmarme por que no me gusta la palabra: ser exitoso es hacer lo que los demás esperan que hagas.
#LaLogicaDeLaCancha
Tener éxito es sinónimo de triunfar, lo contrario de fracasar.
La lógica de la cancha.
Nos saca todos los matices que pueden tener nuestras experiencias y las convierte en binarias.
Se gana o se pierde.
Esta lógica incluye también la comparación con los demás, donde siempre hay alguien para mirar y sentirse inferior o al revés y ambas tienen poco sentido.
Creo que lo que tiene sentido es preguntarnos cada día si disfrutamos de lo que hacemos.
Si estamos en el camino en el que queremos estar.
Bueno, esta bien, quizás cada semana para no ser tan exigentes.
¿Paran a pensar y a sentir si les gusta lo que hacen? ¿Los hace felices lo que hacen?
#YoNoVengoa
Para que quede claro: yo no vengo acá a contarles una historia a repetir
ni señalarles un destino al que ir.
Yo vengo a compartir con ustedes algunas herramientas que me sirven -a veces- para tratar de no caer en toda esta dinámica del éxito-fracaso de la que hablaba antes.
#Sabatico
Hace dos años y medio, después de 23 años ininterrumpidos de trabajar, me tomé un sabático.
Dejé todas mis actividades laborales. Cuando terminó ese casi año y medio decidí que no quería seguir haciendo lo que estaba haciendo antes. Los proyectos y mis relaciones societarias habían cumplido un ciclo.
Leí por ahí que, además de la obvia referencia al día sábado, también el sabático remite al séptimo año en el que los hebreos dejaban de cultivar la tierra para dejarla descansar. Y esa idea me encanta: dejé descansar mi tierra para que florezcan cosas nuevas.
#YAhora?
Pero todavía quería y necesitaba seguir trabajando, hacer algo motivante, desafiante, en lo que pudiera aplicar todo lo que aprendí en estos años de trabajo.
Quería empujar los límites en algún campo.
Me interesaba explorar los caminos que aún no habían sido explorados,
crear cosas nuevas o nuevas formas de hacer las cosas de siempre.
Y en ese descubrimiento, tratar de mejorarle un poquito la vida a la gente.
Cuando hice Guia Oleo, perdí la cuenta de la gente que me dijo que le cambié la forma de elegir donde comer, que amplió la variedad, que conocíó más. Ahí nuestra innovación fue generar un medio para que las personas compartieran sus experiencias de una forma que pudieran serle útiles a otros.
Digamos que no es necesario descubrir la vacuna contra el cáncer, se puede innovar en pequeñas cosas que igual pueden ser transformadoras para muchos (y para uno).
#NuevoProyecto
Y fue entonces, luego del sabático, cuando comenzó a gestarse un nuevo proyecto: global, ambicioso y tremendamente difícil.
Empezamos de cero: en una mesa de café muchas horas pensando, dibujando, bocetando, discutiendo e imaginando. Y salimos, una vez más, con un powerpoint y nuestras almas a buscar apoyo de inversores para llevar una idea a la realidad.
#NuevoSocio
Y hablo en plural porque la nueva etapa vino de la mano de un nuevo socio. Nos elegimos,
no se bien sus razones pero las mías fueron principalmente saberlo una buena persona con quien me pudiera divertir y atravesar los momentos difíciles que tiene todo emprendimiento. Que fuera complementario a mi y compañero para grandes aventuras.
Cuando elegís socio estás eligiendo a quien va a pasar con vos la mayor parte de tu día.
Es mucho más importante la elección de ese cómplice que el proyecto a encarar.
#NoTanDeCero
Antes dije que empezamos de cero. Bueno, no es verdad.
Teníamos con nosotros algo que no se compra ni se estudia en ningún lado: Teníamos experiencia y estábamos conectados.
Conectados a una red que se teje a lo largo de una trayectoria y que sólo funciona si hiciste las cosas bien. Hacer las cosas bien quiere decir comportarse honorablemente, ser confiable, como decimos entre amigos “tener códigos”.
Pocos activos son tan valiosos en un emprendedor como su reputación.
#ChauConfort
Pero sí es verdad que cada uno de nosotros dejó el confort de sus lindas oficinas, de su sueldo todos los meses, de sus dividendos cada año, del equipo que ya conocíamos, de las tareas y objetivos con las que veníamos lidiando por muchos años.
Y ha sido, por lo menos para mi, increíblemente difícil éste volver a empezar, pero a la vez, inevitable.
No se puede volver atrás: cuando te das cuenta de que ya no querés hacer algo, de que no la estás pasando bien no queda otra que moverse hacia adelante y ver que es lo nuevo que a uno lo espera.
#ElCómoMásQueElQué
Tenemos que enfocarnos en el cómo y no en el qué o en el cuánto.
Creo en concentrarse en la forma de hacer las cosas.
Creo en la obsesión por el proceso más que en los grandes planes.
Siempre abracé el mantra de que “el camino es la recompensa” porque me interesa mucho más lo que sucede durante la construcción de un proyecto que el instante en el que un logro se cumple.
El problema es que ese instante es solamente eso: un instante y luego se esfuma hasta la próxima meta.
Si no podemos disfrutar de lo que sucede en el medio, vamos a estar pasándola mal todo el tiempo.
#NoEsAutomático
Quiero aclararles algo: esto no es una cosa que se entiende una vez y funciona para siempre.
Ser consciente de que las cosas necesitan trabajo, paciencia y disfrute es una tarea que tengo que hacer todos los días.
Trabajo, me sale mal, me frustro, me amargo, me repito que todo esto no tiene sentido si no se disfruta, me levanto, sigo trabajando, arreglo los problemas, mejoro lo que parece que ya no puede ser mejorado y sigo para adelante.
#Empezar
La primera cosa que han tenido en común todos los emprendedores que hicieron proyectos de los que están orgullosos es que empezaron. Es obvio no?
Pero mucha gente con la que charlo porque me los encuentro en conferencias, o reuniones para gente que está queriendo emprender o que me vienen a consultar con una idea no empiezan.
Están esperando que suceda algo: que aparezca un socio, que aparezca un inversor o que aparezca un cliente o alguna otra cosa que ahora me olvido.
Y yo les digo: EMPEZA. ARRANCÁ. EXPERIMENTÁ. FALLA.
Si, te podés equivocar también y cambiar y seguir adelante. Porque es la única forma de ir hacia donde querés. Y sorprendentemente decir esto genera mucho impacto. Así que para los que están en esa espera de un acontecimiento externo, sepan que lo que tiene que cambiar está adentro de ustedes y es tan simple pero tan difícil a veces como una decisión, una convicción, un instante de inconsciencia en donde dejamos de analizar todo y avanzamos.
Me gusta eso de la inconsciencia. Creo que es un factor bastante común en todos los que empezamos proyectos. Empezamos porque subestimamos la dificultad que van a tener. Es como si nos autoengañaramos y dijéramos: esta montaña que hay que subir no es tan alta.
#DesdeAdentro
Por ahí ya empezaste y la estás peleando. Hay que seguir peleando, muchachas y muchachos.
Pero con alegría y saber que eso que esta trabado no se va a destrabar con la llegada de ningún evento externo. Las cosas van a empezar a cambiar cuando nosotros cambiemos la forma de verlas y de encararlas.
#WhatFracaso?
Arranque hablándoles de lo que me molesta la palabra exito, ímaginense lo que me pasa cuando me piden que cuente mis fracasos.
Me cuesta mucho encontrarlos y tengo dos teorías de por qué puede ser: la primera es que soy un negador y ya me olvidé de todas las cosas que no sirvieron para nada y fueron un error total.
La segunda es que soy un optimista y me rehuso a pensar los errores como fracasos,
Yo los veo como fallos, como errores que son necesarios en cualquier proceso de experimentación. Un paso fundamental para encontrar soluciones, iterar, mejorar y seguir adelante.
En favor de la teoría del optimismo puedo agregar que
ningún proyecto de los que hice salió de una. Hubo inconvenientes, grandes dificultades.
Momentos en que otros hubieran dicho listo, esto es un fracaso, no va más. Sin embargo seguimos, probamos cosas nuevas y los sacamos adelante.
#HagamosloBien
Quizás se trata simplemente de hacer las cosas bien. No de descubrir la bacteria que convierte la basura en compost en 2 horas ni el sistema de logística que va a terminar con el hambre en el mundo.
Podemos generar impacto chiquito en donde actuamos.
Empecemos por disfrutar de lo que hacemos y que disfruten los que están al lado nuestro.
Seamos prolijos, recompensemos lo mejor que podamos a los que trabajan con nosotros,
Hagamos las cosas lo más formalmente que se pueda.
Tengamos usuarios y clientes felices.
Yo la verdad es que por más plata que se gane no me gustaría estar al frente de esas empresas donde todos los clientes están a las puteadas.
Cuando empecé allá por mis 18 años arreglando computadoras no hacía facturas ni pagaba un solo impuesto, pero recuerdo que pensaba: apenas pueda voy a hacer las cosas mejor. Quiero ganar más plata para poder tener todo en regla y jamás preocuparme por todo el trabajo que da hacer las cosas mal.
Aunque los otros no lo hagan, no nos sintamos boludos por hacer las cosas bien: hace la diferencia.
#MisMetricas
Estas son mis herramientas, esta es mi experiencia y este mi recorrido.
Pero si me acompañan en ésta y están dispuestos a cuestionar la idea de éxito y por ende sus modelos, ¿Cómo nos medimos? ¿Cómo nos evaluamos?
¿Cuales son nuestras fuentes de inspiración y quienes nuestros modelos?
El otro día leía un artículo sobre cómo miden los paises su calidad de vida
y contaban que desde hace algún tiempo, además del producto bruto per cápita y los índices de distribución de la riqueza, están incorporando índices relacionados con el bienestar de sus habitantes, sobre su felicidad.
Me pregunto, entonces, si no es hora de que comencemos como emprendedores a hacer lo mismo.
Incorporar indices de felicidad en nuestras métricas personales.
Quizás, como a mi, los números les empiecen a cerrar mejor.